Los 3 Chivitos
Había una vez tres chivitos. Vivían en
las montañas en una pequeña aldea de cabras llamada Villacabras.
Los
tres chivitos eran hermanos, pero eran muy distintos. El hermano más joven era
el más pequeño, el hermano mediano era el más gordito, y el hermano mayor era
el más fuerte.
Como
ustedes probablemente saben, las cabras comen hierba todo el tiempo. Hierba
para el desayuno. Hierba para el almuerzo. Hierba para la cena. (Algunas veces
comen pastel de chocolate como postre, pero por lo general, tan sólo comen más
hierba).
Durante
el verano, había un montón de hierba alta y verde en Villacabras. Pero en el
invierno, las montañas estaban cubiertas con nieve profunda, y no había hierba
en ningún lugar.
De
modo que los tres chivitos decidieron bajar la montaña y encontrar la hierba
alta y verde del prado al otro lado del pueblo.
Ellos
cruzaron la carretera (taca-taca, taca-taca),
... a través de la aldea (taca-taca, taca-taca),
… y cruzando el estanque (paf, zas, paf, zas),
… hasta que llegaron a un puente largo.
... a través de la aldea (taca-taca, taca-taca),
… y cruzando el estanque (paf, zas, paf, zas),
… hasta que llegaron a un puente largo.
Al
otro lado del puente estaba la hierba más alta y más verde que los chivitos
habían visto alguna vez. Ellos pisaban fuerte con sus pies y meneaban sus
colas. ¡Ñam, ñam! ¡Hierba!
Pero
el puente era muy largo y muy estrecho. Sólo un chivito podía cruzar a la
vez.
“¡Oigan, chicos, déjenme ir a mí primero!” dijo el chivito más joven. “Yo soy el más pequeño y el más rápido. ¡Yo veré si el puente es seguro!”
“¡Oigan, chicos, déjenme ir a mí primero!” dijo el chivito más joven. “Yo soy el más pequeño y el más rápido. ¡Yo veré si el puente es seguro!”
“Si
eso es lo que deseas”, dijeron los otros chivitos, y el
chivito más joven empezó a cruzar el puente.
Cuando
él llegó a la mitad del puente, oyó una potente voz aterradora que venía desde
debajo del puente…
“¿QUIÉN
ESTÁ AHÍ ARRIBA? ¿QUIÉN ESTÁ HACIENDO TACA-TACA SOBRE MI PUENTE?”
El
chivito más joven pensó por un momento y respondió:
“¡Buenos días! Mi nombre es Juan. Me gusta tejer y jugar a las cartas. Mi color favorito es el rojo, y mis alimentos favoritos son la hierba y el pastel de chocolate. ¿Cómo está usted?”
“¡Buenos días! Mi nombre es Juan. Me gusta tejer y jugar a las cartas. Mi color favorito es el rojo, y mis alimentos favoritos son la hierba y el pastel de chocolate. ¿Cómo está usted?”
“¡A MÍ NO ME IMPORTA QUIÉN ERES TÚ!” gritó
el trol. “¡ME DESPERTASTE! ¡AHORA TENGO HAMBRE Y TE VOY A COMER
PARA DESAYUNAR!”
“Ay”, pensó Juan, el
chivito. “¡Qué trol más grosero y gruñón!”
Pero Juan era muy inteligente, así que le dijo al trol:
Pero Juan era muy inteligente, así que le dijo al trol:
“Discúlpeme,
Señor Trol. Yo soy pequeño y huesudo, y tengo sabor a col. Pero mi hermano es
más grande y está más sabroso que yo. Espérele a él. ¡Él está justo detrás de
mí!”
“¡PUAJ! ¡ODIO LA COL!” gruñó
el trol. “ESTÁ BIEN, ESPERARÉ. ES UN GUSTO CONOCERTE, JUAN, QUE TENGAS
UN PRECIOSO DÍA”.
Y Juan cruzó el puente corriendo, (taca-taca, taca-taca) hasta que llegó a la hierba alta y verde del prado.
Y Juan cruzó el puente corriendo, (taca-taca, taca-taca) hasta que llegó a la hierba alta y verde del prado.
Sus
hermanos le vieron retozando en la hierba. Ellos se lamían sus labios y
meneaban sus orejas.
“¡Oye amigo, déjame ser el siguiente!” dijo el chivito mediano. “Yo estoy más gordo que tú. ¡Si yo puedo cruzar ese puente, entonces es seguro para ti!”
“¡Oye amigo, déjame ser el siguiente!” dijo el chivito mediano. “Yo estoy más gordo que tú. ¡Si yo puedo cruzar ese puente, entonces es seguro para ti!”
“Si eso es lo que deseas”, dijo
el chivito mayor. El chivito mediano empezó a caminar.
Cuando él llegó a la mitad del puente, oyó una potente voz aterradora que venía desde debajo del puente…
Cuando él llegó a la mitad del puente, oyó una potente voz aterradora que venía desde debajo del puente…
“¿QUIÉN ESTÁ AHÍ ARRIBA?” ¿QUIÉN ESTÁ HACIENDO
TACA-TACA SOBRE MI PUENTE?”
El chivito mediano pensó por un momento y respondió:
El chivito mediano pensó por un momento y respondió:
“¡Hola Señor Trol! Mi nombre es Antonio.
Me gusta tocar el piano y cantar ópera. Mi color favorito es el amarillo y mis
alimentos favoritos son la hierba y el pastel de chocolate. ¿Cómo está usted?”
“¡A
MÍ NO ME IMPORTA QUIÉN ERES TÚ!” gritó el trol. “¡ME
DESPERTASTE! ¡AHORA TENGO HAMBRE Y TE VOY A COMER PARA DESAYUNAR!”
“Caramba”, pensó el
chivito. “¡Qué trol más grosero y gruñón!”
Pero Antonio el chivito no era tonto, así que le dijo al trol:
Pero Antonio el chivito no era tonto, así que le dijo al trol:
“Discúlpeme, Señor Trol. Yo sé que parezco
gordo y sabroso, pero en realidad son sólo gases. Si usted me come, tendré
sabor a pedo. Pero mi hermano es mucho más sabroso. Espérele a él. ¡Él está
justo detrás de mí!”
“¡ASQUEROSO!” gruñó el
trol. “¡YO ODIO LOS PEDOS! ESTÁ BIEN, ESPERARÉ. ES UN GUSTO CONOCERTE,
ANTONIO; QUE TENGAS UN PRECIOSO DÍA”.
Y Antonio cruzó el puente corriendo, (taca-taca, taca-taca) hasta que llegó a la hierba alta y verde del prado.
Y Antonio cruzó el puente corriendo, (taca-taca, taca-taca) hasta que llegó a la hierba alta y verde del prado.
El
chivito mayor vio a ambos, a Juan y a Antonio, jugando en la hierba. Él hizo
una pequeña danza de cabra e hizo un divertido sonido de cabra.
¡Bee-eh-eh! ¡Bee-eh-eh!
¡Bee-eh-eh! ¡Bee-eh-eh!
“¡Ahora es mi turno!” dijo
el chivito mayor y empezó a cruzar el puente.
Cuando él llegó a la mitad del puente, el oyó una potente voz aterradora que venía desde debajo del puente…
Cuando él llegó a la mitad del puente, el oyó una potente voz aterradora que venía desde debajo del puente…
“¿QUIÉN ESTÁ AHÍ ARRIBA? ¿QUIÉN ESTÁ HACIENDO
TACA-TACA SOBRE MI PUENTE?”
El chivito mayor pensó por un momento y respondió:
El chivito mayor pensó por un momento y respondió:
“Buen día, Señor Trol. Mi nombre es Francisco.
Me gusta hornear galletas y caminar por la playa. Mi color favorito es el azul
y mis alimentos favoritos son la hierba y el pastel de chocolate. ¿Cómo está
usted?”
“¡A MÍ NO ME IMPORTA QUIÉN ERES TÚ!” gritó
el trol. “¡ME DESPERTASTE! ¡AHORA TENGO HAMBRE Y TE VOY A COMER PARA
DESAYUNAR!”
“Oh oh”, pensó Francisco. “¡Qué trol más grosero y gruñón!”
“Oh oh”, pensó Francisco. “¡Qué trol más grosero y gruñón!”
Pero
antes de que Francisco pudiera decir alguna otra cosa, el trol saltó encima del
puente. Él tenía las manos tan grandes como los platos para servir la cena. Sus
pies eran tan largos como hogazas de pan. Y el pelo sobre su lomo era tan
grueso como la hierba.
El trol se estiró y sacudió su cuerpo
peludo y gruñó:
“DOS CHIVITOS HAN CRUZADO YA ESTE PUENTE HOY. ASÍ QUE NO DIGAS QUE TIENES UN HERMANO MAYOR Y MÁS SABROSO. YO NO SOY IDIOTA. ¡AHORA, QUÉDATE QUIETO PARA QUE TE PUEDA COMER! ¡TENGO MUCHA HAMBRE!”
“DOS CHIVITOS HAN CRUZADO YA ESTE PUENTE HOY. ASÍ QUE NO DIGAS QUE TIENES UN HERMANO MAYOR Y MÁS SABROSO. YO NO SOY IDIOTA. ¡AHORA, QUÉDATE QUIETO PARA QUE TE PUEDA COMER! ¡TENGO MUCHA HAMBRE!”
Francisco
el chivito era muy inteligente, pero recuerden… también era el chivito más
fuerte. Él pisó fuerte con sus pies. Bajó sus cuernos. Luego cargó contra el
trol… taca-taca, taca-taca, taca-taca… ¡PUMBA!
Él golpeó al trol por la parte de atrás y lo echó del puente.
Él golpeó al trol por la parte de atrás y lo echó del puente.
¿Y
el trol? El río se lo llevó al mar. Nunca se le volvió a ver.
Colorín
Colorado este cuento se ha acabado…
Retold by Aletta and Miranda. Illustrated by Aletta. Translated
by Maria. Voiced by Ana. Music by Luke. Also available in English, French, Italian and German.